Vale, te lo contamos fácil:
esto no es un gimnasio ni una clase en serie.
Aquí vienes a moverte bien, sin miedo, con sentido y con tu propio ritmo.
Porque no se trata de entrenar más… sino de entrenar mejor.
Antes de empezar las clases, hacemos una valoración inicial gratuita de unos 30 minutos.
Queremos conocer cómo está tu cuerpo, tus lesiones, tus objetivos y tus límites.
Valoramos tu postura, tu movilidad, cómo respiras, cómo te mueves y qué necesitas reforzar.
A partir de ahí decidimos contigo si prefieres:
Las clases duran unos 50 minutos y se realizan en grupos reducidos de máximo 8 personas.
Aquí puedes encontrarte embarazadas, mujeres en postparto, personas con lesiones o simplemente gente que quiere moverse y sentirse bien.
Cada uno trabaja a su ritmo, con ejercicios adaptados a su cuerpo y supervisados por fisioterapeutas o entrenadores personales.
Y lo mejor: tú eliges tu frecuencia.
Puedes venir una, dos, tres o cuatro veces por semana, según tu disponibilidad, tus objetivos o lo que tu cuerpo necesite en cada momento.
Nosotras te ayudamos a encontrar el equilibrio, sin presiones.
Durante las clases trabajamos fuerza, movilidad, respiración, abdomen y postura.
Te enseñamos a usar tu cuerpo con cabeza, sin miedo ni dolor, y a moverte mejor en tu día a día.
Y sí, también hay risas, música, energía y ese buen rollo que hace que te apetezca volver.
Porque moverse bien no debería ser un castigo… sino una forma de quererte.
Antes de empezar, hacemos una pequeña valoración para conocer tu punto de partida: postura, lesiones, movilidad, respiración y objetivos.
Así sabemos qué tipo de clase te va mejor (Pilates, funcional o mixta).
Grupos reducidos de máximo 8 personas, con perfiles muy variados: embarazadas, postparto, personas con lesiones o simplemente con ganas de cuidarse.
Ambiente cercano, profesional y sin juicios.
Cada sesión está dirigida por fisioterapeutas o entrenadores personales.
Aunque estés en grupo, los ejercicios se adaptan a ti, a tu nivel y a cómo te sientas ese día.
Puedes venir 1, 2, 3 o 4 veces por semana.
Tú decides el ritmo y nosotras te ayudamos a mantener la constancia.
No se trata de hacerlo perfecto, sino de moverte y disfrutarlo.
Trabajamos fuerza, movilidad, respiración y postura con control y seguridad.
Si algo no te va bien, lo cambiamos.
Tu cuerpo manda.
No es un gimnasio.
Es un espacio donde tu cuerpo aprende, se fortalece y se equilibra.
Sales más fuerte, más ligera y con la sensación de “por fin estoy haciendo algo que me sienta bien”.
Aquí no vienes a “machacarte”, vienes a moverte bien y sentirte mejor.
Clases pequeñas, guiadas y llenas de sentido, donde tu cuerpo aprende, mejora y se libera.
Antes de empezar, hacemos una mini valoración gratuita de 30 minutos para conocerte bien: postura, lesiones, respiración y objetivos.
Así adaptamos todo a ti desde el primer día.
Nada de salas llenas ni monitores despistados.
Aquí trabajas en grupos pequeños con fisioterapeutas o entrenadores personales que están contigo todo el rato, corrigiendo, guiando y adaptando cada ejercicio.
Cada clase está pensada para que aproveches el tiempo al máximo, con ejercicios que fortalecen, estiran y mejoran tu movilidad sin forzar.
Puedes venir una, dos, tres o cuatro veces por semana, según tu disponibilidad o tus ganas. Nosotras te ayudamos a mantener la constancia, pero el ritmo lo marcas tú.
Aquí entrenan juntas embarazadas, mujeres en postparto, personas con lesiones y otras que simplemente quieren moverse bien.
Cada una hace lo que su cuerpo necesita, sin comparaciones.
Te explicamos el porqué de cada movimiento y te corregimos con cuidado.
Así aprendes a usar tu cuerpo con más conciencia y seguridad.
Nada de música a tope ni gritos.
Aquí hay buen rollo, risas y energía tranquila.
Porque entrenar también puede ser algo que disfrutes.
No es solo que te pongas fuerte.
Es que te vuelves a sentir bien contigo misma.
Tu cuerpo responde, tu mente se calma y el movimiento deja de ser un castigo.
Te levantas, te agachas, subes escaleras o cargas bolsas sin miedo ni dolor.
Tu cuerpo vuelve a ser funcional y estable.
Dejas de vivir con el cuello tenso o la espalda cargada.
Empiezas a respirar profundo y moverte con ligereza.
El cuerpo se equilibra, y eso se nota: menos lumbalgia, menos tensión cervical, menos sobrecargas.
Si estás en postparto, fortaleces abdomen y suelo pélvico sin riesgo.
Y, sobre todo, vuelves a sentirte segura en tu cuerpo.
Cuando el cuerpo se mueve, la cabeza también se despeja.
Sales con más energía, mejor humor y ganas de seguir cuidándote.
Dejas de verlo como una obligación.
Empiezas a disfrutarlo, a escucharte y a respetar tus ritmos.
Sabes cuándo descansar, cuándo apretar y cuándo parar.
Aprendes a cuidarte desde la conciencia, no desde el castigo.
Te miras al espejo y notas otra energía.
No es solo un cambio físico: es la sensación de estar habitando tu cuerpo de nuevo.
Pilates y entrenamiento funcional no son solo clases: son una forma de reconectarte con tu cuerpo, recuperar confianza y disfrutar del movimiento.
Porque cuando tu cuerpo se siente bien, todo en tu vida empieza a fluir.
No.
Aquí no hace falta haber hecho Pilates ni ser deportista.
Empezamos desde donde estás.
Te enseñamos a moverte bien, a respirar y a controlar tu cuerpo sin agobios ni comparaciones.
El Pilates trabaja más el control, la postura y la fuerza desde dentro (abdomen, espalda, suelo pélvico…).
El entrenamiento funcional te ayuda a moverte mejor, ganar resistencia, fuerza global y coordinación.
Muchas personas hacen una combinación de ambos, y es justo ahí donde pasa la magia.
Cada clase dura unos 50 minutos, tiempo más que suficiente para trabajar todo el cuerpo sin agotarte.
Son intensas pero equilibradas, para salir con energía, no destruida.
Una mini sesión de 30 minutos donde miramos tu postura, tu respiración, tu movilidad, tus lesiones
y tus objetivos.
Así sabemos qué tipo de entrenamiento te conviene y adaptamos los ejercicios a ti desde el primer día.
Sí, claro.
Tenemos grupos adaptados para embarazadas y mujeres en postparto.
Trabajamos con fisioterapeutas especializadas para cuidar tu abdomen y suelo pélvico de forma segura.
Justo por eso deberías venir.
Aquí no hacemos ejercicios genéricos: cada clase se adapta a tu cuerpo y a tus limitaciones.
Trabajamos junto a fisioterapeutas para que puedas moverte sin miedo y recuperarte más rápido.
Sí.
Tú decides: puedes venir 1, 2, 3 o 4 días por semana, según tu tiempo, tus ganas o tus objetivos.
Nosotras te ayudamos a encontrar el equilibrio para que sea sostenible, no una obligación.
Depende del día 😅
Hay clases más tranquilas (Pilates) y otras más activas (funcional), pero todas te hacen trabajar sin forzar.
El objetivo no es salir empapada, sino sentir que tu cuerpo responde mejor cada semana.
Sí, y mucho.
Aquí la gente viene a cuidarse, no a competir.
Hay risas, respeto, energía buena y cero postureo.
Y lo mejor: terminas viniendo con ganas, no por obligación.
Solo ropa cómoda, agua y ganas de moverte.
El resto —material, esterillas, pelotas, gomas— lo ponemos nosotras.
Vale, pero… ¿cuánto tiempo te quita cada día sentirte cansada o con dolor?
Aquí no te pedimos horas eternas: con dos días a la semana ya notarás cambios.
Y cuando empieces a sentirte bien, te darás cuenta de que sí tenías tiempo, solo te faltaban ganas.
Perfecto, esto no es hacer deporte, es moverte de forma consciente y cuidarte.
Nada de gritos ni rutinas imposibles.
Solo aprender a moverte sin dolor y con confianza.
Tranquila, nadie nace sabiendo.
Los grupos son pequeños y te guiamos paso a paso.
Aquí nadie te juzga: todas hemos sido “la nueva” alguna vez.
Ese miedo es justo lo que trabajamos contigo.
Entrenas con fisioterapeutas que entienden tu lesión y adaptan los ejercicios para fortalecer sin riesgo.
Tu cuerpo vuelve a moverse con confianza.
Normal, porque los gimnasios te dejan sola.
Aquí no.
Te acompañamos, te corregimos y te hacemos sentir parte de un grupo.
Y eso cambia todo: por fin te apetece venir.
Nuestras clases no van de “entrenar por entrenar”.
Van de volver a confiar en tu cuerpo, moverte sin dolor y disfrutar mientras lo haces.
Porque cuando entrenas con cabeza, la fuerza se nota dentro y fuera.
